Rodrigo Norambuena
October 1, 2024
Desde sus primeros fracasos en entrevistas hasta los aprendizajes que llevaron a Nora a romperla como programador sin serlo
Nunca había trabajado como programador.
En verdad, nunca había trabajado.
Contexto: Agosto 2022, egresé como Ingeniero civil de Industrias TI. Era mi tercera semana de vacaciones y me aburrí de solo existir, así que me decidí por buscar trabajo. Mi experiencia laboral era nula, pero yo quería probar ser dev.
En este blog relataré cómo conseguí mi primer trabajo dev, s̶i̶n̶ ̶s̶e̶r̶ ̶d̶e̶v̶.
Mi primer acercamiento a las entrevistas fue con una reconocida startup en donde, de alguna forma, logré llegar a la etapa final. Sin embargo, la poca experiencia me ganó y quedé fuera del proceso. El haber recibido el “NO” fue un gran golpe a mi autoestima y me sirvió para darme cuenta de que esto ya era la vida real. Las cosas no iban a ser tan simples.
Mi segunda postulación no mejoró, al contrario, fue de mis peores experiencias al postular, en donde me sacaron del proceso luego de solo la primera entrevista. Un correo diciendome que no seguirán con mi proceso y sin ninguna razón. Si es que este blog llega a ser leído por personas encargadas de este tipo de procesos, como sugerencia, tómense un minuto más para entregar feedback a sus postulantes: la otra persona tendrá una gran oportunidad de mejora y les estará agradecido toda la vida.
La tercera y cuarta postulación fueron de la mano. Para ambas ya venía destruido, e incluso creía que el cargo de ingeniero de software no era para mí. Para la tercera avancé exitosamente en cada etapa del proceso, hablé con el reclutador, tuve entrevistas técnicas, hablé con devs, con el CTO, con el CEO, solo me faltó conocer al perro de la oficina. Sin embargo, el proceso fue muuuuy lento, entre cada etapa pasaba más de una semana y no sabía cómo me había ido hasta ya muy avanzado el tiempo.
Ahí es cuando aparece la cuarta postulación, Bemmbo. Postulé y me contactaron al día siguiente por Whatsapp (lo recomiendo para que sea más dinámico). En ese momento, Cristóbal (CTO) me escribe preguntándome sí nos podíamos conectar 15 minutos para conversar un rato. Al momento de la entrevista, tenía cero ganas de vivir, ya había sido rechazado por dos empresas y no sabía qué esperar. Me levanté de la cama un minuto antes de la conversa, me puse un polerón para disimular que estaba con pijama y me conecté a la reunión. Mientras hablaba con Cris, buscaba en otra ventana que era lo que hacía Bemmbo, porque en verdad no me había preparado nada para este momento. Ahí me comenta qué es lo que hacen, y cómo lo hacen. Me aprovechó de contar cuáles eran las tecnologías que utilizaban: Typescript, GraphQL, Next, AWS, etc. Para mí todo era chino, pero hay algo que me dijo y que también aparecía en la postulación:
Si no sabes de estas tecnologías, no te preocupes, acá te apoyaremos en el proceso de adaptación.
Así fue como fui avanzando en las etapas, en donde justo había hecho cosas similares el semestre pasado por la universidad. Por lo que todo el proceso fue digno de Slumdog Millionaire, pero sin todas las partes trágicas de la película. Así fue como en menos de dos semanas logré recibir mi primera oferta de trabajo. El equipo era de tan solo 7 personas, pero bueno, la vida se trata de un ¿Por qué no? Así que acepté la oferta en menos de una hora y me embarqué en todo este capítulo llamado trabajo.
Si se preguntan ¿Qué pasó con la postulación tres? Bueno, también me aceptaron, pero ya llevaba 3 días en Bemmbo, y ya saben lo que dicen: “Camarón que se duerme …”. Tengo que admitir que fue la mejor decisión el haber tomado mi primera oferta, y el haber sido aceptado en dos empresas sólo me sirvió para subirme el ego.
Mi primera semana fue sin duda una de las más difíciles que haya tenido en mi vida. No tanto por la complejidad de lo que estaba pasando (el que nada sabe nada teme, y yo no sabía nada), sino por el mejor amigo de muchas personas: el síndrome del impostor. Mientras yo ni siquiera era ingeniero en computación, mis compañeros eran un ex-Buk, un ex-Google y tres sujetos que podían programar con la mente, cuyo currículum no me lo explica ni ChatGPT.
Todos los días, al volver del trabajo, en el camino pensaba que realmente estaba estafando a la empresa. Literalmente no sabía ni el lenguaje en el que estábamos trabajando. Sin embargo, la premisa de “Si no sabes de estas tecnologías, no te preocupes, acá te apoyaremos en el proceso de adaptación” fue real. Algo que sin dudas me marcó durante mis primeros días fue mi primer 1:1 con Cristóbal. Ya llevaba dos semanas en el equipo y no aguantaba más la vergüenza de preguntarle tanto a mis compañeros. Desde mi punto de vista sentía que no los dejaba trabajar y que los pasaba molestando con preguntas “estúpidas” para alguien que ya estaba trabajando. Sin embargo, durante la reunión Cris me dice una frase que me dejó totalmente descolocado:
“Siento que preguntas muy poco”
El que una de las personas que tu crees que molestas constantemente con preguntas te diga eso, te aligera totalmente la forma de sentirte en el equipo. Ese momento sin duda cambió mi forma de pensar y empecé realmente a preguntar. Esto me ayudó a aprender más rápido y sin duda a que mi integración con el equipo se diera de forma más natural.
20 meses después (en otro blog explicaré porqué me demoré tanto en publicar esto) sigo en la empresa.
¿He aprendido? Más de lo que pensé que podría
¿Dejé de preguntar? No, y no pretendo hacerlo
¿Se puede ser programador, sin ser programador? Absolutamente, todo depende de las ganas de querer hacerlo y que te rodees de personas que puedan y quieran ayudarte
El no haber estudiado full computación como el resto del equipo dev no ha sido un impedimento para seguir trabajando. Se podría decir que me hablan en portugués: no entiendo cada palabra de las que me dicen, pero logro entender la idea y en el proceso palabras nuevas.
A modo de cierre, ¿que he aprendido todo este tiempo?