Cómo convencer a un CTO de unirse a tu startup

En este blog les cuento como conocí a Cristóbal, el CTO de Bemmbo.

Cómo convencer a un CTO de unirse a tu startup

En este post les contaré la historia sobre por qué busqué un CTO, cómo conocí a Cristobal y cómo lo convencí de que se uniera a Bemmbo.

¿Por qué un CTO?

Hacer una startup es muy difícil. Hacer una startup solo es prácticamente imposible. ¿Por qué? Bueno al principio se necesitan solo dos cosas: hablar con clientes y construir producto. Si tienes clientes y construyes algo que ellos quieren entonces vas muy bien.

Poder hacer ambas es increíblemente desafiante por lo que tener un partner que te complemente hace las cosas mucho más fácil. En verdad, menos difíciles.

No solo hay que complementarse en habilidades técnicas y blandas, si no que debe ser alguien con que te lleves muy bien, que tengas complicidad en la forma de pensar, trabajar, hablar, discutir, de solucionar conflictos, que te sientas en confianza y por el que ojalá sientas mucha admiración. Es realmente alguien con el que te vas a casar por 5 años y el mundo del emprendimiento está lleno de sube y bajas. Este partner tiene que estar ahí para cuando tú estés bajoneado y uno listo para cuando el otro no lo esté pasando bien.

Tinder 🔥

Cuando empecé Bemmbo sabía que iba a necesitar un CTO, pero las probabilidades de encontrar a un computín crack, buena onda, que creyera en lo que estaba haciendo eran 1 en un millón. Hay muchos cofundadores buscando CTO y pocos devs así que tenía que llegar con la propuesta más tentadora posible: MVP, ventas y para que de verdad no pudieran resistirse decidí levantar capital. Hablé con friends and family (F&F) y les presenté el proyecto.

Un “lindo” power point.

Les dije que hablaran con sus conocidos e investigaran, y si se convencían de que el problema existía entonces que invirtieran en mí sabiendo que 9/10 startups fallan. Las cosas claras.

Tenía un problema a resolver, un cliente, un prototipo y capital, pero… ¿y el CTO? Tenía que convencerlos y para eso había que llamar la atención.

Armé el mensaje más canchero que pude y lo envié a grupos de WhatsApp de cercanos, a devs de Platanus, ingenieros de Cornershop, canales de telegram de ex-alumnos computines, canales en Discord y hasta me metí a un “Tinder” de co-fundadores.

Toda la carne a la parrilla

Hablé con más de 20 devs en 2 semanas. Reuniones de 30 minutos pitcheando mi startup, mostrando entusiasmo y dejando todo para convencerlos. Nunca me había tocado hacer algo tan, tan desgastante.

Cada vez que terminaba una reunión, un amigo con el que hacía homeoffice me preguntaba “y? Te tincó?” “Puta no” respondí en casi todas las ocasiones. ¿Por qué? simplemente guata. Todos me causaron buena impresión pero había algo que no me convencía.

1 en un millón? 🙏🏼

Volví a enfocarme en clientes y producto y dije “ya llegará”, confiando en no sé bien qué.

Comencé a contactar a más clientes por LinkedIn y tenía varias reuniones agendadas cuando de repente recibo un WhatsApp.

👀

Baia baia pensé yo 🤔. Me agendó una videollamada para ese día. Se movía rápido.

Me contó que había intentado hacer una startup antes, también sobre una idea que tenía y me hizo sentido. En general una buena idea no significa que el tipo sea capo, pero si es mala o ya la han hecho muchas veces entonces 🚩Le conté lo que estaba haciendo y quedamos en juntarnos en un bar: Barbazul de Tobalaba. Tres días después nos juntamos. Me atrasé un poco porque hay 3 Barbazul en menos de 3 cuadras, obvio fui al equivocado.

Cuando llegué él ya había pedido unas papitas fritas. Yo pedí una cerveza y él un gin. Tenía iniciativa y le gustaba el Gin, sumado a la idea que me había contado antes ya llevaba 3 buenas ✅ ✅ ✅

Conversamos de startups, de que nos gustaba hacer fuera de lo laboral, compartimos sobre cómo nos gustaría que fuera la cultura de la empresa en términos de tiempo libre, horas de trabajo, ambiente, ambiciones, etc.

Me contó que había trabajado en MACH y otra empresa del mundo financiero, la experiencia era perfecta, pero lo que me terminó de convencer fue lo buena onda que era. Al principio fue serio pero después de un par de tragos se le salieron sus buenas tallas. Me sentía cómodo. Y es que trabajar en un ambiente buena onda no es negociable para mí. De guata, la cosa pintaba bien 👨🏼‍🎨

Fifty Fifty 💸

Me tincó así que le dije que hiciéramos un par de mini proyectos y viéramos como andábamos. En lo primero que trabajamos juntos fue en generar un formato de nómina de un banco para que Fintual pudiera pagar: lo sacó en una tarde. Yo había trabajado con devs antes y caché altiro que le pegaba.

Hicimos un par de cosas chicas, pero ya no veía red flags por mucho que las buscara así que le dije: démosle Octubre free-trial y si todo sale bien fifty fifty. Te tinca? me tinca.

Lo que más le tincó fue el hecho de que ya había partido, tenía un par de clientes y además un producto funcional. Y es que si uno está bien entonces desde afuera todo se ve más atractivo y eso se transmite.

💻 Pero y cómo creé un producto? Pueden leer como empezar un startup sin programar acá.

Octubre y noviembre se pasaron volando onboardeando a un par de clientes más. En diciembre contratamos a Darío, nuestro primer dev (una máquina) y desde entonces el producto es cada vez mejor.

Antes comenté que al buscar un socio tiene que ser alguien con el que te complementes mucho y que sientas admiración, pero ¿por qué es tan importante esto último? Porque si estás trabajando con alguien muy muy bueno las chances de que más gente buena quiera trabajar en tu startup aumentan.

Cristobal además de ser una máquina desarrollando fue capaz de traer 3 cracks más a programar en Bemmbo, y si tu equipo tech es tan tan bueno entonces probablemente tu producto sea increíble y tus clientes te amen con locura. Aún nos falta mucho pero creo que vamos bien.

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